sábado, 7 de marzo de 2015

Mujeres trabajan más pero ganan menos que los hombres en Colombia

Aunque las colombianas trabajan más horas, tienen una participación mayor en el mercado laboral y cuentan con más años de formación académica que los hombres, ganan en promedio, según el Dane, un 20,2 por ciento menos que ellos, incluso si desempeñan funciones similares.

Se trata de una de las brechas salariales de género más altas de América Latina (cuya tasa promedio es del 17 por ciento), una región donde esta clase de inequidades son persistentes y profundas, particularmente en determinados grupos.
Según estudios del Grupo de Género y Desarrollo del Banco Mundial, en países como Colombia, Brasil, Guatemala, México, Perú y Uruguay, la brecha salarial entre mujeres casadas y con hijos pequeños versus otras mujeres es “especialmente grande”.
El fenómeno no se restringe solo al mundo en desarrollo. Hace un par de semanas, durante su discurso de aceptación del premio Oscar a mejor actriz de reparto, Patricia Arquette aseguró, a voz en cuello, que “llegó la hora de una igualdad salarial de una vez por todas y de la igualdad de derechos para las mujeres en Estados Unidos”. Y se refería particularmente a aquellas que son mamás. (Lea aquí: 'Ellas tienen que exigir y protestar')
De acuerdo con el estudio 'The fatherhood bonus and the motherhood penalti' ('El bono de paternidad y la sanción a la maternidad'), de Michelle J. Budig, en ese país las mujeres sin hijos, solteras o casadas, ganan 93 centavos por cada dólar que reciben los hombres sin hijos, y la brecha se dispara cuando de mamás se trata.
Comparadas con trabajadores de tiempo completo, las casadas con al menos un hijo menor de 18 años devengan apenas 76 centavos por cada dólar que perciben sus pares masculinos.
En este tipo de porcentaje influye el hecho de que las mujeres siguen asumiendo cargas laborales adicionales, por las cuales no reciben ni un peso a cambio.
Hugo Ñopo, economista e investigador de la División de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), advierte, basado en estudios de uso del tiempo hechos en América Latina, que las mujeres siguen asumiendo la mayor parte de la carga del trabajo doméstico.
“Para funcionar debidamente –señala Ñopo- un hogar latinoamericano promedio requiere al menos 30 horas de trabajo doméstico a la semana; las familias pudientes suelen contratar ese servicio, el grueso de la clase media y baja no puede pagarlo, de modo que sus miembros deben asumir estas tareas. Pues los análisis indican que, en promedio, 24 de esas 30 horas son proveídas por las mujeres”.
Para el investigador es claro que “antes de salir a trabajar por las mañanas, ellas ya llevan varias horas laboradas encima, por las que no perciben ingresos, aun cuando contribuyen con la productividad del hogar y de la sociedad”.
Según Hugo Ñopo, esa carga adicional fija les impide particularmente a las casadas con hijos optar por cargos y empleos con mayor exigencia y remuneración, y eso se ve reflejado, de acuerdo con análisis del BID, en el hecho de que las vacantes de medio tiempo y el autoempleo (donde se gana mucho menos), están mayoritariamente copadas por mujeres.
Vale decir que, según la Cepal, en su informe ‘Mujeres en la economía digital’, en países como Colombia de 48,6 horas promedio que trabajan ellas a la semana, reciben pago por 19,5, las demás son no remuneradas. A los hombres, por otro lado, les pagan 40,3 de esas horas.
Lo dicho coincide con los resultados de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Dane, 2014): mientras a diario los hombres colombianos dedican, en promedio, 3 horas 10 minutos a actividades no remuneradas dentro del hogar, las mujeres deben dedicar 7 horas 23 minutos a labores de limpieza, mantenimiento, suministro de alimentos, arreglo de ropas, compras y administración de la casa, cuidado y apoyo de miembros del hogar y actividades con menores de cinco años, entre otras.
Un problema cultural
Mónica Tobón psicóloga y experta en género y desarrollo personal, considera que las brechas salariales y de ingresos por género obedecen a factores culturales fuertemente arraigados en la sociedad.
“Persiste la creencia –dice- de que el salario de la mujer es complementario al del hombre, al que siempre se le endilga el rol de proveedor principal del hogar. A eso se suman otros más sutiles, pero definitivos, que valoran y pagan mejor las labores tradicionalmente ejercidas por ellos, que las de ellas, que se consideran menos complejas e importantes”.
En cuanto a cómo puede dársele la vuelta a esta situación, los investigadores coinciden en la necesidad de que desde la casa a las niñas se las estimule a incursionar en el aprendizaje de materias o disciplinas, que les permitan desarrollar las competencias necesarias para optar por carreras más rentables en el futuro.
De acuerdo con Luis Ernesto Gómez, viceministro de Trabajo, las familias, la escuela y toda la sociedad deben asumir conscientemente la tarea de no imponer más determinados roles a las niñas y a los niños, con miras a que ellas se formen en campos de mayor remuneración (en buena medida copadas por los hombres), y a valorar y visibilizar más las fortalezas femeninas.
En cuanto a las brechas, el Mintrabajo ha puesto en marcha una serie de iniciativas que buscan reducirlas, promoviendo la equidad en los sitios de trabajo. Una de ellas, lanzada en el 2013, es el Sello de Equidad Laboral Equipares.
El viceministro Gómez explica que esta iniciativa ha incorporado a 90 de los principales empresarios de Colombia, “al acoger el Sello se comprometen con su compañía a generar, conscientemente, condiciones salariales y laborales iguales para hombres y mujeres”.
Se estima que desde que arrancó el programa éste ha impactado, directa e indirectamente, a 250 mil trabajadores colombianos.
La diferencia empieza en la escuela
Berlín (Efe).- Un nuevo estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre las disparidades entre alumnos y alumnas, reiteró situaciones clásicas y ampliamente conocidas. Por ejemplo, que las niñas perciben las matemáticas como una asignatura "difícil", mientras los niños consideran la lectura como algo "poco relevante" para su futuro profesional.
‘El ABC de la igualdad de género en educación: aptitudes y comportamientos’, nombre del documento, constató que las desigualdades observadas en el rendimiento académico son atribuibles a factores como su percepción sobre esas materias o la confianza en sí mismos.
Pero esta situación va más allá de un tema meramente escolar. Apenas una de cada veinte niñas se imagina trabajando en el futuro en un área científica o técnica, donde están los empleos mejor pagados, frente a cuatro de cada veinte chicos.
En países como Chile, Hungría o Portugal, alrededor del 50 por ciento de los padres se imagina a sus hijos varones trabajando en un área científica y técnica, y sólo el 20 por ciento a sus hijas. Las diferencias por sexo son similares en los 34 países miembros de la OCDE, por encima de sus distintos nivele de desarrollo.
No hay diferencias innatas en cuando a rendimiento potencial, pero sí en cómo utilizan los chicos o las chicas sus capacidades, subraya el estudio.
"El ABC contra la desigualdad de género, como lo denominamos, se orienta tanto a la actitud de los padres, como de los maestros, como de los futuros patronos", concluyó Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, al recordar el desnivel persistente entre los salarios de hombres y mujeres en el ámbito laboral del mundo desarrollado.
SONIA PERILLA SANTAMARÍA/ JOSÉ ALBERTO MOJICA
Redacción VIDA

-->

Tags:

0 Responses to “Mujeres trabajan más pero ganan menos que los hombres en Colombia”

Publicar un comentario

Cada Dia hago mas AMIGOS

Subscribe

Donec sed odio dui. Duis mollis, est non commodo luctus, nisi erat porttitor ligula, eget lacinia odio. Duis mollis

© 2013 INSOLITO. All rights reserved.
Designed by SpicyTricks