Hace unos días la agresiva organización en favor de los animales, Peta, publicó un anunció en el que Olivia Munn desnuda pedía boicotear a todos los circos, ahora el organismo viviente que es el Internet, un multianimal hecho de datos, se preocupa por sus animales favoritos, los animales de la ciencia ficción. Finalmente, aunque algunos de ellos son monstruos, también viven en la imaginación y respiran éter.

Con evidente sarcasmo esta serie de 10 spoofs contiene varios memes dignos de análisis semiótico en la cresta del pulso digital. Invitaríamos a Baudrillard, a Rushkoff y al Pato Lucas a una tertulia para discutir estos estimulantes anuncios de metaficción crítica. Qué va, traeríamos a Platón si pudieramos y lo pondríamos tete-a-tete con Glenn Beck. Supermodelos ucranianas sevirián galletitas y en los sandiwches crecería el ergot.

Sí, ciertamente estos “adbusts” son un poco crueles, pero no dejan de ser bastante reveladores y descargan un oscuro humor que libera la represión (“el orgasmo es el vórice de la risa”, Alphonso Lingis). El unicornio es una referencia al termino prohibitivo “killing kittens“, donde supuestamente la masturbación femenina provoca telekinéticamente la muerte de un dulce gatito. ¿Mandarías tú a tus tortugas ninja a Iraq?

Lo mejor de los anuncios evidentemente es que borra la frontera entre la realidad y la ficción, con destellos de conciencia de esta hiperrealidad donde todas formas nos movemos aletargados consuminedo memes y bits sin diferenciar entre una presencia real y una representación, pero más allá de satanizar esto celebremos con fantasías sexuales con carictauras que la realidad ya no existe: al parecer dejo de existir en 1972, según los textos sagrados revelados por la entidad del sistema estelar de Sirio llamada Horselover Fat.

Por cierto la diosa de los geeks, Megan Fox, ha dicho que tiene una leve inclinación fantástica por un recreo lésbico con la chica de Peta, Olivia Lunna: porque no incluimos a esta fantasía la alegría de la poligamia, y metemos al saco unicornios y quimeras y caricaturas: un gang-bang de conceptos, de creencias, Alvin y las Ardillas (cute cunnilungis), un cameo de Eddie Murphy con su sonrisa eterna color Mt. Fuji, a Keiko Fujimori (montando a Keiko, la ballena asesina) y a Kaka, para que se libere del yugo pastoral de su religión evangelista y se suelte para el mundial y saque el jogo bonito de un verdadero fantasista. Como diría James Joyce: “Here comes everybody”. Después de todo, todos somos todos y tú ya dormiste con Olivia Munn y los siete unicornios.